El Real Valladolid cae merecidamente ante un Racing europeo

Llorente se perderá el próximo partido al ver la quinta cartulina amarilla


Mal partido del conjunto de Mendilíbar ante un Racing que ha demostrado en la capital pucelana el porqué de su posición clasificatoria.

El equipo blanquivioleta no ha tenido opciones de victoria en ningún momento y sólo Asenjo ha evitado que la escuadra santanderina haya infringido una derrota más dolorosa. El descenso vuelve a estar a dos puntos, aunque Murcia y Levante parecen desahuciados.

El equipo cántabro regresa a los puestos Uefa y fija ahora su mirada en ese trascendental choque contra el Getafe que puede meterle, por primera vez en su historia, en la final de la Copa del Rey.

De record también fue la afluencia de público cántabro que inundó la tribuna b del estadio José Zorrilla. Los aficionados racinguistas empezaron a animar a su equipo mucho antes del pitido inicial, dando colorido a unas gradas aún muy vacías por lo temprano de la hora.

Sin embargo, los decibelios cántabros previos al pitido inicial no mellaron en la moral blanquivioleta. El conjunto de Mendilíbar salió a refrendar la victoria en Murcia y a poner tierra de por medio con los puestos de descenso.

De esta manera, el saque inicial pucelano se convirtió en la primera andanada de la tarde. El dúo dinámico, Víctor y Llorente, trenzó una jugada que finalizó con un centro de Sisi que despejó la defensa racinguista a córner. El primer toque a zafarrancho no se limitó al saque de esquina, y es que Llorente a punto estuvo de hacer el primero, pero su remate se fue alto.

Pintaba bien para el Valladolid y la defensa visitante (cuarta zaga menos goleada de toda la primera división) no parecía tener su tarde en el coliseo blanquivioleta. Prueba de ello, es que antes de cumplirse el minuto diez, Víctor tuvo su oportunidad, pero el media punta extremeño no se esperaba el fallo de la defensa y su disparo se fue mansamente a la manos de Toño.

A partir de este momento, el equipo de Marcelino se asentó en el terreno de juego y el Valladolid perdió la mordiente. La tela de araña tejida por el entrenador asturiano comenzó a dar sus frutos merced al buen posicionamiento de la zaga de cuatro y las ayudas constantes de los dos ‘tapones’, Duscher y Orteman.


Sin ideas

El partido, un calco de lo sucedido hace siete días en La Condomina, aburría a los 19.000 aficionados que se dieron cita en Zorrilla.
El susto lo protagonizó Llorente al filo de la media hora cuando un golpe con César Navas le dejó tocado durante toda la primera mitad.

El Racing estiró un poquito sus líneas y debido a este cambio de actitud, comenzaron a llegar las ocasiones para los santanderinos. Avisó Jorge López tras un fallo clamoroso de Cifu, sin embargo, el pistolero de Hondarribia contestó con un fantástico control que no pudo combinar con una buena definición.

La réplica santanderina, que no quería ser menos que su rival, llegó por medio de Smolarek. El polaco si consiguió llevar el balón al fondo de las mallas, pero el colegiado a instancias de su linier decretó fuera de juego.

La segunda parte comenzó con la misma parsimonia con la que terminó la primera. Valladolid y Racing aburrían al respetable y sólo los piques entre aficiones pusieron algo de color a un choque que hasta ese momento era descafeinado y sin una pizca de azúcar.


Vendaval santanderino

Marcelino, aclamado y piropeado durante todo el encuentro por los más de 2.000 aficionados cántabros, se decidió a cambiar el devenir del encuentro. Con un golpe de efecto introdujo en el campo a Colsa y a Tchité y el Racing se hizo dueño y señor del partido. El Valladolid controlaba el esférico pero las contra verdinegras hacían entrever que muy pronto llegaría el gol visitante.

Oriol fue el primero en avisar, pero su remate de cabeza se marchó desviado por encima de la meta de Asenjo. Precisamente, el central cántabro tuvo sus más y sus menos con Llorente que propició que ambos jugadores viesen la cartulina amarilla. Infortunio que provocará que el próximo domingo Joseba no viaje a tierras bilbaínas por acumulación de éstas.

El siguiente en intentarlo fue César Navas, también de cabeza, pero su remate se encontró con un inspiradísimo Sergio Asenjo que despejó el balón a córner. El trabajo se acumulaba para una endeble defensa pucelana que no daba abasto a impedir las investidas rivales. Colsa, aclamado por el público pucelano por su pasado blanquivioleta, rozó el gol en un nuevo testarazo, pero la fortuna quiso que el envite se marchara besando la red.


Del 'uy' a la decepción

El Racing apretaba y estaba a punto de tensar la cuerda, sin embargo, fue el recién entrado Vivar Dorado el que tuvo la ocasión más clara de la tarde. El medio centro pucelano sólo tenía que haber empujado el balón a la red, pero incomprensiblemente lo echó por encima del arco de Toño. Ahí se enterraron las esperanzas locales, y es que en la siguiente jugada, Duscher hizo el definitivo 0-1 en una semi volea que se coló por la derecha de Asenjo.

El punto y final del batallador argentino sirvió para que los aficionados verdiblancos diesen rienda suelta a la alegría. Alegría, por otra parte justificada, ya que su Racing descansa de nuevo en puestos Uefa y, en breve, disputará el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey, que podría meter al conjunto de Marcelino en una final histórica para el club cántabro.

El Real Valladolid vuelve a la zona 'caliente' y se queda a dos puntos del descenso, tras la victoria del Deportivo. La buena noticia es que dos de las tres plazas que dan el billete para la Segunda División parecen tener nombre y apellido con los desahuciados Murcia y Levante.