El equipo blanquivioleta pierde dos puntos contra el Mallorca merced a un inocente penalti cometido por Álvaro Rubio

Borja y Sesma vuelven al once pucelano, mientras que Aguirre y Manchev debutan con buenas sensaciones


No pudo ser. Al Real Valladolid le tocó interpretar el papel de pardillo de la clase y, de nuevo esta temporada, un equipo inferior pescó un punto en el coliseo pucelano. Llorente adelantó a los de Mendilíbar en la primera mitad, pero Ibagaza, de penalti, consiguió la igualada a falta de 15 minutos para el final del encuentro. El Valladolid se queda décimo sexto a cuatro puntos del descenso, tras la derrota del Deportivo ante el Recreativo de Huelva.


El ambiente invitaba a una gran tarde de fútbol. En los prolegómenos del encuentro, varias peñas locales se encargaron de hacer olvidar a los jugadores el bochornoso ‘7' sufrido hace una semana en la capital de España. Pancartas, gritos y, sobre todo ánimo, mucho ánimo para que el once que saltara al césped del José Zorrilla no tuviera ni una duda respecto a su papel en el entramado táctico dispuesto por José Luis Mendilíbar.

Al público pucelano le entusiasma el desparpajo y la intensidad de los partidos de su equipo, aunque en ocasiones, como contra el Mallorca, ese descaro te lleve a quedarte sin dos puntos de esos llamados «fundamentales» para la salvación.

El técnico de Zaldíbar, pese a lo publicado en la prensa, realizó variaciones con respecto al conjunto que formó contra el Real Madrid. Borja y Sesma volvieron a la formación titular en detrimento de Vivar Dorado y Capdevilla que, además, no disfrutaron de minutos en todo el encuentro.

La primera jugada del partido hizo pensar a algunos aficionados blanquivioletas que los fantasmas del Bernabeu reaparecerían de nuevo. Marcos, que celebraba su partido número 374 con el Real Valladolid, perdió un balón tontamente que a punto estuvo de convertirse en otro de los goles rápidos de la liga y nuevamente con el José Zorrilla como escenario.

Sin embargo, el feudo pucelano no llegó a convertirse en la casa de los horrores que se presumía. El equipo de Mendilíbar cogió el toro por los cuernos y espoleados por los ánimos de su público dominó el partido de principio a fin.

La conexión entre las parejas: Sisi-Pedro López y Víctor-Llorente, desarbolaron durante los 30 primeros minutos a un Mallorca muy timorato. El Valladolid se gustaba a base de pases cortos en una y otra banda, y la mejor versión de Álvaro Rubio hacía de maestro de ceremonias enviando el balón de un extremo a otro del campo. El gol era cuestión de tiempo, aunque la afición suspiraba al ver como Llorente y Marcos fallaban hasta tres ocasiones claras delante de Moyá.

Aparece Llorente

El Valladolid cercó al conjunto de Gregorio Manzano en su campo y sólo las contras de Jonás y de Scaloni por banda izquierda hacían peligrar la supremacía blanquivioleta.
Sisi, animado por el buen juego de su equipo, que propició que le llegasen balones constantemente, lograba zafarse una y otra vez de Fernando Navarro para desesperación de su técnico que no era capaz de sentarse ni un minuto en el banquillo visitante. El extremo albaceteño, que realizará la próxima pretemporada con su club de origen, el Valencia, lo intentó varias veces, pero el cancerbero mallorquín abortó todos sus disparos.

Las radios locales aludían ya a ese famoso tópico del fútbol que reza que «el que perdona lo apaga pagando» cuando apareció el de siempre. Joseba Llorente cazó un balón en el área bermellona para hacer, de cabeza, el primero para los locales. El guipuzcoano, más listo que la defensa balear, se adelantó a todos para recoger un rechace al posted de García Calvo y hacer su undécimo gol en la presente temporada.

El 1-0 no cambió el guión del partido y el Mallorca siguió desaparecido en combate durante el resto de la primera mitad.

No lo debió de ver muy claro Manzano cuando en la reanudación, quitó a uno de los santo y seña del conjunto mallorquín como es Jonás por Borja Valero. El entrenador manchego también adelantó la zaga bermellona con el objetivo de asfixiar al medio campo pucelano. Durante los primeros diez minutos el semblante del conjunto visitante mejoró, aunque las ocasiones no llegarían hasta bien entrada la segunda mitad.

Güiza no iba a tener su tarde en la capital del Pisuerga. El internacional español llegó a fallar hasta tres ocasiones claras cuando los aproximadamente 100 seguidores baleares ya daban por hecho el gol. En una de ellas, el ex del Getafe, estrelló la pelota, una y otra vez, en el cuerpo de Asenjo cuando nada le evitaba conseguir la igualada. La ocasión no se materializó pero si se convirtió en un claro aviso de las intenciones del Mallorca que buscaba constantemente la espalda de la zaga blanquivioleta.

Precisamente, en un nuevo envío por el carril izquierdo del Valladolid, Ibagaza es derribado inocentemente por Álvaro Rubio, sin que el colegiado Paradas Romero se pensase dos veces el decretar la pena máxima. El propio Ibagaza fue el encargado de transformar el penalti.

El 1-1 echaba por tierra todo el buen hacer del conjunto blanquivioleta durante la primera mitad. Sin embargo, el público no dejó que el equipo se viniese abajo y, en un ejemplo de afición y cariño hacia los suyos, animó cuando más falta hacía.


Llegan los refuerzos

El Valladolid se echó la manta a la cabeza y con él su técnico. Mendilíbar reaccionó con el empate y reformó el once. El entrenador vasco dio entrada a Aguirre y, posteriormente, tras la expulsión del central mallorquín Nunes por doble amonestación, a Manchev.

Los dos fichajes invernales dieron aún más mordiente al equipo. El ex de Lanús, provocó la expulsión del zaguero portugués y envió un pase interior a Víctor, que de no haber sido anulado por fuera de juego, podría haber significado el segundo para los locales.

Por su parte, Manchev también dejó buenas sensaciones en la afición pucelana. Sus apenas seis minutos en el terreno de juego valieron para que le robara la cartera a Ramis y apunto estuviera de deshacer la igualada.

Al final, el Mallorca tuvo sus opciones y es que Güiza, en el 92' volvió a fallar incomprensiblemente delante de Asenjo.

Los jugadores blanquivioletas se marcharon a los vestuarios, una vez más esta temporada, con la sensación de haber dejado escapar dos puntos del fortín pucelano. La buena noticia es que con la derrota a última hora del Deportivo, los de Mendilíbar dejan los puestos de descenso a cuatro puntos.