Dos nuevos goles del pichichi Llorente aúpan al Real Valladolid a la séptima posición clasificatoria a cinco puntos de la Copa de la Uefa

Los de José Luis Mendilíbar acumulan cuatro jornadas sin conocer la derrota y han sumado ocho de doce puntos posibles


La suerte es esa oscura desconocida que nadie se atreve a contrariar. El azar, en muchas ocasiones, es la excusa perfecta para un entrenador en tela de juicio o un delantero que no atina a meter la bola. El Real Valladolid del regreso a primera carecía de esa llamada fortuna que, dicen los expertos, tienen los grandes equipos. El Valencia, el Deportivo y algún que otro conjunto se aprovecharon del mal fario del Pucela para pescar ante el novato de la clase. Sin embargo, el 'rocker' de la Primera División ha aprendido a mantener el resultado a favor y los puntos han comenzado a tener un color blanquivioleta.


No se había cumplido el segundo 10 de la primera parte y Llorente levantó a la grada de Zorrilla. El saque inicial del Valladolid se convirtió en una jugada de pillos en la que Víctor y Llorente se buscaron con la mirada. El pichichi pucelano comprendió que el extremeño le iba a mandar el balón en profundidad. Dicho y hecho, el '9' pucelano corrió como un gamo para sorprender a la defensa españolista que, aún con las medias bajadas, veía como el ariete de Hondarribia batía a Lafuente, 1-0.

El Pucela había salido eléctrico y los catalanes no veían la forma de parar a los puntas locales. De nuevo, una jugada trenzada entre Capdevilla y Llorente a punto estuvo de convertirse en el segundo, pero el meta blanquiazul sacó la mano para despejar la pelota a corner. Cinco minutos y el Valladolid quería sentenciar ya el partido ante el asombro de los 16.500 espectadores que se dieron cita en el santuario pucelano.

Sin embargo, el encuentro se tranquilizó y entró en una nueva fase más tranquila en la que Valladolid y Espanyol alternaron el control del esférico.


De nuevo Llorente

El conjunto de Mendílibar lo intentaba por la banda derecha con un Sisi más apagado que en anteriores partidos, y es que el albaceteño no tuvo la presión del técnico blanquivioleta al estar éste sancionado por la roja vista en el partido de Copa ante el Atlético de Madrid.

En el minuto 34, de nuevo, el enrachado Llorente se hizo con un balón mal controlado por Víctor y de un potente derechazo puso la pelota al lado contrario del portero espanyolista. 2-0 y Joseba se consolida como uno de los máximos goleadores de la Liga de las Estrellas.

El gol dejó tocado al conjunto catalán que veía como el Pucela trenzaba una jugada tras otra sin tener oposición. Fruto de estas combinaciones, Capdevilla estuvo a punto de sentenciar el encuentro, tras una buena pared con Víctor, pero su tiro lo detuvo Lafuente.

En el descanso el técnico blanquiazul, Ernesto Valverde, debió leer la cartilla a los suyos y el Espanyol se acercó más en los primero diez minutos de la segunda parte que en toda la primera mitad.

Luis García llevaba mucho peligro por la banda derecha y sus centros ponían el corazón en un puño a la hinchada blanquivioleta. El propio jugador balear dio el primer aviso serio de los periquitos tras botar una falta en la frontal del área. Mendilíbar se desgañitaba en el túnel de vestuarios para colocar y dar indicaciones a sus jugadores.

Precisamente, en una nueva falta botada por Luis García, Marc Torrejón logró contactar con el esférico para enviar el balón al fondo de las mallas. El canterano catalán se resarcía así del penalty fallado el miércoles ante el Athletic de Bilbao.


Sufrimiento y euforia

El Valladolid no se amedrantó y contestó al gol visitante con una gran jugada de Capdevilla y Marcos que Llorente envió fuera. El guipuzcoano reclamó penalty ante un posible agarrón de Lacruz que de haberse confirmado habría llevado al ex bilbaíno a la caseta antes de tiempo.

El banquillo blanquivioleta se movió y Borja y Sesma entraron por Víctor y Sisi. La aparición del primero propició que el conjunto local aguantase mejor el balón en la medular en detrimento de la profundidad que siempre aporta Víctor. Por su parte, Sesma realizó dos buenas galopadas por la derecha, demarcación en la que salió al estar Capdevilla en el extremo izquierdo.

En los últimos diez minutos de partido, el Valladolid perdió la batuta de juego y fue el Espanyol el que estuvo a punto de marcar en dos ocasiones, pero, primero Asenjo, tras una buena parada a Tamudo a bocajarro; y, posteriormente, Marcos bajo palos, permitieron al equipo pucelano sumar tres nuevos puntos.

Con esta victoria, los de Mendilíbar se alejan de la zona de peligro y se colocan séptimos a cinco puntos de los puestos europeos.